Cómo emprender un negocio siendo estudiante

El ideal de muchos universitarios es que al egresar puedan obtener un empleo que satisfaga sueños, o mejor aún, utilizar ese conocimiento para emprender un negocio por sus propios medios.

Sin embargo; algunos creen que por su edad, es poco probable que tengan las herramientas necesarias para convertirse en sus propios jefes; pero como dicen por allí: ¡De los riesgos se obtienen ganancias!

Sabemos que emprender hará girar tu vida de manera radical, y que en el proceso asumirás una serie de riesgos y desafíos que conlleva comenzar algo desde cero. En sí, debes luchar por una idea, y tener una gran persistencia para materializarla.

Si estás aquí, es porque deseas hacerlo, y por eso queremos demostrarte que puedes emprender siendo estudiante y llegar a tener ¡El mundo en tus manos! Quédate con nosotros hasta el final de este artículo y descubre como emprender siendo estudiante.

Cosas que debes evaluar antes de emprender siendo estudiante

Evalúate respecto a lo que sabes y lo que puedes ofrecer

Una carrera universitaria facilita orgánicamente nuevas herramientas; tanto de forma aptitudinal como profesional, que pueden ser tu motor de arranque al momento de convertirte en un emprendedor.

Luego de los primeros años de estudio, sabrás evaluar y detectar cuáles son tus talentos principales, así como tus fortalezas; por consecuencia, tendrás la capacidad de analizar cómo emplear dichos talentos para desarrollar esa propuesta innovadora.

Por ejemplo, tu talento te lleva a desarrollar grandes ideas, pero en algún punto necesitas ayuda para concretarlas, y en esa posición, es donde podrás hacer gala de tu destreza, creando nuevas relaciones de trabajo con las personas correctas, que te permitirán despegar.

Saber si tienes una buena idea de negocio o si debes reemplazarla

En la actualidad el mercado está inundado de distintos tipos de negocios, y la mayoría buscaba en su momento ser la novedad y marcar un hito en su sector. Sin embargo, no debes gastar un tiempo valioso en intentar marcar la diferencia radicalmente.

Objetivamente, tu esfuerzo debe enfocarse en concebir una idea que pueda aprovechar la oportunidad de llenar una carencia que hayas observado en la prestación de algún servicio o producto; es decir, no hay problema en ofrecer lo mismo, pero esta oferta debe tener un valor agregado, que satisfaga esa necesidad detectada de manera innovadora.

Conoce a tu competencia

Tener competidores es el mayor indicativo de la rentabilidad que ese emprendimiento puede tener, si es al contrario, no suele ser una buena señal, a menos que te sientas seguro de tener en las manos una propuesta revolucionaria.

Para saberlo, investiga a tu competencia. Puedes hacerlo visitando los mercados locales o mediante búsquedas en línea, verificando el producto y/o servicio que ofrecen, y cómo son localizados por los usuarios; así sabrás como mejorar lo que hacen.

Además; sin importar que la idea esté o no dentro del ramo general, o en qué terreno se mueva tu nicho, existen algunos puntos que sirven evaluar la competencia, entre ellos saber:

  • Cómo perciben sus clientes, así como el resto del mercado
  • Las estrategias que emplean para promocionarse
  • Verificar los procesos de venta, de compra y sus precios (eso es posible haciéndose como un potencial cliente).
  • Observar las debilidades y fortalezas

Al culminar el análisis, podrás colocar a tu favor esas oportunidades.

Crea un plan de negocio

El plan de negocios permite poner las ideas en tonalidades más claras, para poderla alinear con tus objetivos trazados a plazos más largos; además, tendrás la posibilidad de identificar la marca que pretende dejar tu emprendimiento en la industria.

En esencia, debe ser conciso y adaptable a distintos escenarios a los que se pueda enfrentar; no tiene por qué ser perfecto, ni complejo, solo deber ser tu herramienta de apoyo para dar la patada inicial.

Basándonos en lo anterior, tu plan de negocio debe atender estos 6 elementos fundamentales:

  • Definir el concepto de tu emprendimiento, así como el servicio y los productos a proponer.
  • Conocer de primera mano tu cliente ideal.
  • Establecer las estrategias más adecuadas de ventas.
  • Estipular los costos que va a acarrear.
  • Medir el riesgo que va a tener la inversión.
  • Conformar el equipo de trabajo.

Analiza los recursos que vas a necesitar

Al tener claro la intención de tu emprendimiento, es necesario hacer un inventario de lo que necesitas para darle vida al proyecto. Aunque como estudiante tus finanzas no sean muy buenas, tendrás buenas oportunidades uniéndote con amigos, y solicitando préstamos grupales; así podrás obtener los recursos que necesitas.

Cosas que debes evaluar antes de emprender siendo estudiante

Organiza tu tiempo en cuanto a los estudios y tu emprendimiento

Tu emprendimiento es relevante, pero una carrera universitaria es tu mayor prioridad, y ambos pueden trabajar de la mano, si sabes cómo administrar y organizar tu tiempo, de manera que puedas cumplir con ambas responsabilidades.

La academia te ofrece la oportunidad de intentar, acertar o fallar, sin graves consecuencias, asimilando el conocimiento a más profundidad y adquiriendo un mayor aprendizaje desde la experiencia de tus profesores.

Por ende, al iniciar un proyecto, entenderás que va a ocupar gran parte de tu tiempo, en ti está la habilidad de encontrar el balance, entre ese tiempo que le vas a dedicar a ello y a tu educación. Por fortuna, las cualidades propias de tu edad, te permitirán aprovechar las energías para hacerlo, sin descuidar a ninguno.

Busca a un mentor

El ser joven y tener poca experiencia en los negocios, es un detalle que puede jugar en contra y tendrás altas probabilidades de cometer algunos errores, y es muy normal que suceda; pero en las finanzas, eso significa, una pérdida de esfuerzo y recursos valiosos.

Por lo tanto, no deseches la idea de contar con un mentor, para solicitar una ayuda más especializada; este puede ser un emprendedor que conozcas con éxito y trayectoria, o un profesor de la universidad que te sirva como guiar en este terreno.

Registra el negocio

Generalmente, no tendrás más alternativa que registrar tu negocio ante una institución gubernamental; situaciones como requisitos legales o las licitaciones públicas que puedan tener tus proveedores o clientes, permitirán encausarte con mayor rapidez en este paso.

Pero en caso de querer operar con tranquilidad, no lo hagas en un principio, ya que, si registras tu emprendimiento, tendrás que cumplir con ciertas obligaciones tributarias y algunos compromisos, que podrán resentir tus apenas crecientes finanzas.

Como dato extra, algunas universidades resaltan el valor de emprender e innovar, y cada vez son más algunas las escuelas, que ofrecen programas de acompañamiento a jóvenes, que buscan echar a andar su nueva propuesta; así como clases y talleres para reforzar su talento y creatividad.

Conclusión

Cualquier persona puede dar vida a un emprendimiento, si es algo que quiere hacer realmente. Aunque por regla general, esa no es la ambición propia de jóvenes universitarios, por razones válidas, como sus compromisos académicos, sus capacidades, la edad, y ese miedo natural al fracaso, sin embargo, este modelo de negocio, podrá impulsarlo de manera insospechada.

Para lograr emprender no es necesario hacer a un lado tu carrera profesional, solo debes saber trabajar en equilibrar ambas, sabiendo que hay ciertos riesgos que se van a correr: No obstante, el hecho de escalar una buena posición con esfuerzo propio es algo que merece mucho valor.

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